La Rueda del Tiempo Wiki
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Agelmar Jagad
Agelmar2
Información cronológica
Primera mención CEL 27
Primera aparición EEEC Prólogo
Última aparición TDM 32
Información biográfica
Nombre completo Agelmar Jagad
Nacionalidad Shienar
Información política
Título Lord
Cabeza Insigne de la Casa Jagad
Señor de Fal Dara
Rango Noble de la Casa Jagad
Afiliación Tierras Fronterizas
Dragón Renacido (XIII - XIV)
Ocupación Señor de Fal Dara
Capitán General
Descripción física
Género Hombre
Estatura Alto
Pelo Rapado salvo una coleta blanca
Ojos Marrones
Familia
Amalisa Jagad (hermana)
“Un hombre debe buscar el deber, no la gloria.”
   —Agelmar Jagad

Agelmar Jagad es el Señor de Fal Dara, la segunda ciudad más importante de Shienar y su fortificación más próxima a la frontera con la Llaga. Además de ser la Cabeza Insigne de la poderosa Casa Jagad y el noble más importante del reino sólo tras el propio rey Easar Togita, es uno de los mejores y más experimentados comandantes, siendo considerado uno de los Cinco Grandes Capitanes. Su emblema personal son los Tres Zorros.

Apariencia[]

Lord Agelmar es un hombre de edad respetable, con un rostro cuadrado tan pétreo e inexpresivo como el de Lan Mandragoran pero con más arrugas, en particular en torno a sus ojos. Lleva el pelo a la usanza de todos los guerreros shienarianos, rapado a excepción de una coleta que en su caso es totalmente blanca y más larga que la del rey Easar. Sus ojos son marrones y fríos como los de una estatua.

Historia[]

A lo largo de las úlimas décadas Lord Agelmar se ha labrado una más que merecida reputación como general en todas las Tierras Occidentales, en particular por sus victorias contra los Engendros de la Sombra en la frontera con la Llaga. La fama del Señor de Fal Dara no sólo le sirvió para ser considerado uno de los cinco mejores estrategas del continente, sino que además le convirtió en el referente por excelencia durante la Guerra de Aiel. Debido a los sobrados conocimientos de Agelmar y a que Shienar fue la nación que más efectivos aportó a la Gran Alianza que acudió en auxilio de Cairhien, en un principio se planteó la opción de que fuera él el único dirigente de las tropas aliadas contra los Aiel, algo que contaba con el visto bueno de la Torre Blanca. No obstante, las presiones del rey Laman de Cairhien y de las naciones sureñas pudieron más y finalmente se estableció un liderazgo rotativo, si bien es cierto que en todo momento la voz de Agelmar tuvo un peso especial en todos los consejos.

Sinopsis[]

El Ojo del Mundo[]

Agelmar da la bienvenida a Fal Dara en la primavera de 998 NE a unos viejos conocidos suyos, la Aes Sedai Moraine Damodred y su Guardián Lan Mandragoran, quien además es el heredero del reino perdido de Malkier. El Señor de Fal Dara cree en un primer momento que Moraine y Lan han acudido a tomar parte en la inminente lucha que va a librarse en el Desfiladero de Tarwin, ya que se espera una invasión de los Trollocs como no se recuerda desde hace siglos. Agelmar está muy preocupado por el devenir de la batalla y considera la situación tan crítica que ha evacuado de civiles Fal Dara, pues cree que no podrá detener por mucho tiempo las hordas de los Engendros de la Sombra del angosto paso de montaña. Con gran pesar, Moraine le revela a Agelmar que no ha acudido allí para unirse a la lucha sino que debe llegar cuanto antes al Ojo del Mundo y encontrarse con el Hombre Verde. El Señor Fal Dara se extraña enormemente de esto, a que él sabe que la Aes Sedai ha acudido a aquel legendario lugar en otra ocasión y, según se cuenta, nadie ha visto al Hombre Verde una segunda vez, por mucho que lo haya buscado.

Sin necesidad de cruzar muchas palabras al respecto, pronto le queda claro a Lord Agelmar que las razones de la presencia de Moraine y Lan en Fal Dara son excepcionales. Al perspicaz general shienariano no se le pasa por alto la presencia de los cinco jóvenes de Dos Ríos que acompañan a la Aes Sedai y su Guardián, y aunque les muestra un notable respeto y les cuenta la historia de Lan y de Malkier, también cree que no son lo suficientemente expertos como para sobrevivir a la Llaga e insiste a Moraine en llevar una escolta más eficaz. Los últimos meses la actividad en la Llaga no ha hecho más que aumentar, y el Señor de Fal Dara está convencido de que algo muy grave está a punto de acontecer. La captura de Padan Fain y lo que en él se esconde le preocupa aún más, y ya entonces comienza a sospechar que alguno de los chicos que se encuentran con Moraine podrían ser capaces de encauzar el Poder Único, si bien la Aes Sedai se muestra tan enigmática y hermática como de costumbre.

A la mañana siguiente, Agelmar parte con todo su ejército hacia el Desfiladero de Tarwin, pero no se queda tranquilo hasta que Moraine accede a que Lord Ingtar Shinowa y un centenar de lanceros la sigan hasta la frontera de la Llaga. Una vez que estalla la lucha, desde un primer momento queda claro que ni todas las dotes de estratega que posee Agelmar serán suficientes para hacer frente a una superioridad numérica tan apabullante de sus enemigos, aunque esto no impide que los shienarianos arremetan contra los Engendros de la Sombra con igual valentía. Inesperadamente, la lucha se decanta a favor del Señor de Fal Dara al intervenir Rand al'Thor, quien se ha hecho con el control del Saidin puro escondido en el Ojo del Mundo y lo usa para destruir a las fuerzas de la Sombra antes de enfrentarse en persona con Ba'alzamon. Agelmar y los shienarianos no aciertan a comprender qué ha pasado, pero celebran su buena suerte y, a su regreso a la fortaleza, narran a Moraine lo ocurrido. A su vez, ésta le enseña uno de los tesoros que ha encontrado en el Ojo del Mundo: el mítico Cuerno de Valere, un instrumento del que Agelmar está convencido que será fundamental para la total aniquilación de la Sombra.

La Gran Cacería[]

Agelmar

Agelmar Jagad

Unas pocas semanas después de la victoria de la Batalla del Desfiladero de Tarwin, Fal Dara se viste inesperadamente de gala al recibir la noticia de la inminente llegada de la Sede Amyrlin y de su séquito. Siguiendo las antiguas costumbres shienarianas, Agelmar da la bienvenida a Siuan Sanche y las demás Aes Sedai, y sólo unas pocas horas más tarde se reúne con ella y con Moraine. El Señor de Fal Dara no oculta su desasosiego por la cercanía del Cuerno de Valere y reconoce sentirse tentado de utilizarlo, por lo que se muestra tan satisfecho como aliviado cuando la Amyrlin accede a hacerse cargo de él. Desgraciadamente, aquella misma noche Padan Fain es liberado por varios Amigos Siniestros infiltrados en Fal Dara y, junto a algunos Engendros de la Sombra, huye de la fortaleza llevándose consigo el Cuerno de Valere. Muy preocupado ante la posibilidad de que la Sombra consiga que los Héroes del Cuerno luchen bajo sus órdenes en la Última Batalla, Agelmar dispone que una partida de soldados liderada por Ingtar parta lo antes posible de Fal Dara y dé caza a Fain. Con ellos viajará también Hurin el husmeador, así como Rand y sus amigos Mat Cauthon, Perrin Aybara y Loial.

Tras haber mantenido una entrevista con la Sede Amyrlin que ha sido la comidilla en toda Fal Dara, Rand se topa con Lord Agelmar, quien le recomienda encarecidamente que evite obsesionarse con el Cuerno de Valere. Aún Rand lo desconoce, pero Agelmar ha hablado con Ingtar y ambos han acordado que, si le ocurriera algo al líder shienariano durante la persecución de Fain, todos deberán reconocer a Rand como el siguiente responsable de la misión. Sin decir nada de esto, el Señor de Fal Dara se despide tanto de Ingtar y su grupo como de la Sede Amyrlin en una breve ceremonia en la que alguien lanza una flecha que a punto está de impactar contra Siuan. Tan preocupado como escandalizado por los últimos hechos vividos en sus dominios, Agelmar insiste en que la Amyrlin se quede un tiempo, aunque ésta corta por lo sano y se va al poco rato, haciendo caso omiso de los ruegos del Señor de Fal Dara.

El Camino de Dagas[]

Los meses posteriores a la partida de Rand de Fal Dara están marcados por una inusual calma en la frontera con la Llaga, pero esto no impide que haya bastante movimiento en las Tierras Fronterizas y en Shienar en particular, una vez que se propaga la noticia de que Rand se ha proclamado el Dragón Renacido. Los cuatro reyes fronterizos acuerdan reunirse en torno a unas ruinas de la Era de Leyenda en las Colinas Negras y allí acuden en secreto con una pequeña escolta y sus dos consejeros de mayor confianza. El rey Easar de Shienar lo hace flanqueado de Lord Agelmar y de Alesune Chulin, su shatayan. Crípticamente, los cuatro reyes de las Tierras Fronterizas se reúnen y realizan un juramento de sangre por el cual actuarán como si fueran uno solo hasta que encuentren a Rand al'Thor y hagan "lo que ha de hacerse, al precio que sea".

Un recuerdo de Luz[]

Bastante tiempo después de su última aparición, Lord Agelmar vuelve a la acción después de la firma de la Paz del Dragón y de que los dirigentes de las Tierras Occidentales acuerden luchar en la Última Batalla unidos en cuatro frentes, cada uno a cargo de uno de los grandes capitanes supervivientes. Al Señor de Fal Dara se le asigna el Frente de Shienar, de modo que acude a toda prisa al Desfiladero de Tarwin junto con el grueso de las fuerzas de todas las Tierras Fronterizas, al rescate de Lan Mandragoran. La arremetida de los fronterizos pilla por sorpresa a los Engendros de la Sombra y durante un tiempo consiguen resistir en el estrecho desfiladero, pese a seguir siendo inferiores en número. No obstante, paulatinamente Agelmar y Lan no tienen más remedio que establecer una retirada ordenada y contenida, a la vez que infligen sangrantes pérdidas a su enemigo sin sufrir bajas importantes. Mas todo esto no es suficiente para Lan, quien ve perder una vez más la opción de liberar Malkier y no tiene más remedio que replegarse hacia el interior de Shienar, a la espera de que lleguen refuerzos del Frente de Andor.

Icono Espada.svg

La batalla se recrudece cuando varios Señores del Espanto acuden, en ocasiones liderados por M'Hael, convertido en uno de los Renegados. Aunque hay un puñado de encauzadores luchando por los fronterizos y alguna que otra vez Rand también toma parte de los combates, el enemigo sigue siendo muy superior y Agelmar ha de ordenar un repliegue al interior de Shienar. Pese a que esto condena al reino a la destrucción que ya ha experimentado Kandor, Agelmar comprende que no hay otra opción y hace quemar los campos y ciudades de Shienar a su paso, de tal modo que espera debilitar a los Engendros de la Sombra al retirarles toda opción de alimentarse en su progresivo avance hacia el suroeste. Todos estos días la actitud de Lord Agelmar es intachable desde un punto de vista táctica, si bien algunas de sus decisiones son vistas como demasiado agresivas y empiezan a despertar las suspicacias de algunos viejos conocidos suyos como Lord Baldhere, quien confiesa a Lan que teme que Agelmar se está esforzando en exceso y que esto puede resultar fatal para todos.

En un principio Agelmar despeja los temores de Lan, pero conforme pasan los días se ve con mayor claridad que, por muy buenos que sean los planes del gran capitán shienariano, la Sombra siempre parece estar lista para contrarrestarlos y a la larga las fuerzas de Lan comienzan a encadenar una derrota tras otra a medida que retroceden. Alertado por varios de sus subalternos, Lan comprende que hay algo oscuro y malvado tras la extraña actuación de Lord Agelmar y, cuando le queda claro que el Señor de Fal Dara está despachando órdenes contradictorias y cada vez más temerarias, asume el control y se enfrenta personalmente al shienariano. Éste se muestra herido y molesto, pero al poco comprende que Lan y los demás tienen razón y, para horror suyo, comprende que ha caído víctima de la Sombra y que alguien ha realizado la Compulsión sobre él hasta hacerle incapaz de conducir a la victoria a cualquier ejército. Desesperanzado y comprendiendo el daño que ha ocasionado a su causa, Agelmar intenta suicidarse lanzándose sobre su espada, pero es detenido por Lan, quien le hace ver que él sólo ha sido una víctima más. En cuanto Agelmar recupera la calma, se percata de que ha enviado a la reina Tenobia a la muerte, pero ya entonces no se puede hacer nada por ella.

Personalidad[]

La forma de ser de Agelmar Jagad es la propia de un lord shienariano, un hombre muy consciente de sus responsabilidades y de la importancia de su posición como baluarte en la frontera de la Llaga conteniendo a los Engendros de la Sombra. Es ceremonioso y muy respetuoso con el protocolo, como la mayoría de los shienarianos, y es especialmente sensible a los asuntos de honor. De hecho, Agelmar es considerado uno de los fronterizos más honorables, justos e imparciales, un hombre de dilatada experiencia que se ha sabido ganar el respeto de todo el mundo a lo largo de décadas de intachable carrera sirviendo a su rey y combatiendo a la Sombra.

Trivia[]

  • Al recapacitar en las vidas privadas de los Cinco Grandes Capitanes, Mat es consciente de que al menos dos de ellos, Davram Bashere y Rodel Ituralde, están casados. Siendo la Señora de Fal Dara la hermana de Agelmar, Lady Amalisa, queda claro que Agelmar no está casado en la actualidad, si bien se desconoce si es soltero o si se ha quedado viudo.
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