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Merana Ambrey
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Información cronológica
Primera mención ESDC 41
Primera aparición ESDC 43
Última aparición CDS 21
Información biográfica
Nombre completo Merana Ambrey
Nacionalidad Andor
Nacimiento ca. 893 NE
Información política
Rango Aes Sedai
Ajah Ajah Gris
Afiliación Torre Blanca (I - IV)
Aes Sedai rebeldes (IV - XII)
Dragón Renacido (VI - XIV)
Torre Blanca reunificada (XII - XIV)
Descripción física
Género Mujer
Complexión Delgada
Pelo Oscuro
Ojos Marrones
Vínculos
Basan (Guardián)

Merana Ambrey es una Aes Sedai del Ajah Gris que forma parte de la facción rebelde durante el Cisma de la Torre Blanca. Buenas conocedoras de su reputación y sus habilidades diplomáticas, las Aes Sedai de Salidar la eligen a ella como líder de la embajada enviada a Caemlyn para dialogar con el Dragón Renacido.

Apariencia[]

Merana es una mujer delgada, con finos dedos y una suave voz. Pese a contar con poco más de cien años de edad, posee la intemporalidad propia de las Aes Sedai y en sus oscuros cabellos no hay ni una sola hebra gris. Sus ojos son fríos y de color avellana.

Historia[]

Oriunda de Caemlyn, Merana fue registrada en el libro de novicias de la Torre Blanca en torno al año 909 NE, siendo aún una muchacha. La duración de su aprendizaje fue más o menos la normal para las mujeres admitidas en la Torre en aquella época, sumando cinco años como novicia y otros seis como Aceptada. Merana superó la prueba de acceso al chal aproximadamente en el año 920 NE y eligió el Ajah Gris, pues siempre había tenido vocación de negociadora. Se sabe que ha tenido un único Guardián llamado Basan pero tras su muerte, unos años antes de la Guerra de Aiel, Merana decidió no volver a vincularse con otro hombre.

A lo largo de sus cerca de ochenta años siendo Aes Sedai, Merana se ha ganado una merecida fama como excelente embajadora y negociadora, con notables éxitos a lo largo de todas las Tierras Occidentales. La propia Merana recuerda con satisfacción su logros, aunque reconoce tener también una mancha en su expediente: el Quinto Tratado de Falme, refrendado en 961 NE por los dirigentes de Tarabon y Arad Doman. En este acuerdo, diseñado por la propia Merana, ambas naciones se comprometían a mantener el status quo del Llano de Almoth, pero desgraciadamente las buenas intenciones quedaron en papel mojado prácticamente en el mismo momento en que fue firmado.

Sinopsis[]

El Señor del Caos[]

Las Aes Sedai de Salidar, dirigidas por entonces por el grupo de Sheriam Bayanar, tienen noticias de que Elaida a'Roihan ha enviado una embajada al Dragón Renacido a Cairhien y deciden hacer lo propio. Entre todas acuerdan que el grupo enviado a Andor para entrevistarse con Rand al'Thor esté dirigido por Merana Ambrey y cuente con representantes de todos los demás Ajahs que conforman la causa rebelde. Finalmente, parten de Salidar un total de nueve Aes Sedai junto con sus Guardianes y la joven Min Farshaw, una muy buena amiga de Rand. Aparte de Merana, las otras Aes Sedai son Berenicia Morsad, Demira Eriff, Faeldrin Harella, Kairen Stang, Masuri Sokawa, Rafela Cindal, Seonid Traighan y Valinde Nathenos.

Nada más llegar a Caemlyn, Merana guía a su grupo hasta la mejor posada de la ciudad, La Corona de Rosas y se instalan allí. Ella, junto a Min, Masuri y Seonid tienen una primera toma de contacto con Rand en el Palacio Real en la que no abordan temas espinosos y en la que el trato es cordial. A su regreso a la posada, las tres Aes Sedai tienen la seguridad de que Min está enamorada de Rand y que por ello ya no pueden confiar en ella, por lo que prestan atención a que no se entere de que otros miembros de la embajada están manteniendo conversaciones con nobles andoreños. Merana cree que tendrá éxito y conseguirá ganar el apoyo de Rand a la causa rebelde, aunque comienza a sentirse algo insegura en cuanto a su liderazgo sobre las Aes Sedai que se encuentran en Caemlyn, al haberse unido a ellas otras dos hermanas que la igualan en fuerza, Verin Mathwin y Alanna Mosvani.

No mucho después de visitar a Lord Pelivar Coelan, Merana acude a toda prisa hacia el lecho de Demira Eriff, que ha sido inexplicablemente atacada, al parecer por un grupo de Aiel leales a Rand. Influenciada por Verin, Demira sugiere adoptar una postura más inflexible con el Dragón Renacido, aunque las conversaciones que estaban manteniendo parecían ir por buen camino. Como líder de la embajada, Merana se hace seguir por Demira y otras cinco Aes Sedai más hasta la Sala del Trono del León, tratan de intimidarle empleando el Espejo de las Nieblas y le dicen que no están dispuestas a seguir soportando las restricciones que les han impuesto a la hora de visitarle. Para su sorpresa, Rand desbarata la Ilusión y las expulsa de la sala, pero no mucho más tarde se entera por Min de que otras dos Aes Sedai se han instalado en La Corona de Rosas, Bera Harkin y Kiruna Nachiman. Consciente de que es incapaz de hacer frente a trece Aes Sedai y del peligro que entraña para él este número, Rand se marcha con Min a Cairhien y deja una nota a Merana en la que le exige que, si las Aes Sedai rebeldes quieren continuar hablando con él, sólo podrán seguirle un total de seis hermanas.

Merana siente con zozobra que la misión diplomática está fracasando y que ha perdido el control sobre ella, ya que Bera y Kiruna han asumido el liderazgo por ser las más fuertes. Ambas deciden desoír las advertencias de Rand y determinan que sean nueve las Aes Sedai que vayan hasta Cairhien: ellas dos, Verin, Alanna, Merana, Faeldrin, Masuri, Rafela y Seonid. Las nueve mujeres cabalgan a toda velocidad hacia el este y más tarde hacia el norte cuando perciben a través del vínculo de Alanna que algo malo le ha sucedido a Rand. En el camino se reúnen con los hombres de Dos Ríos que acuden al encuentro de Perrin Aybara, y todos juntos participan en la Batalla de los Pozos de Dumai, enfrentándose a los Shaido que tratan de llevarse a Rand, a su vez secuestrado por la embajada fiel a Elaida. Rand recupera la libertad, contempla la carnicería que han provocado sus Asha'man y las cautivas Aes Sedai, a las que ordena que arrodillarse ante él y jurarle fidelidad. Posteriormente se gira hacia Merana y las demás Aes Sedai y, pese a que éstas han luchado a su favor, las obliga a someterse a él por haberle desobedecido al haber acudido ante él más de seis a la vez.

La Corona de Espadas[]

Obligadas por su juramento a mantenerse leales a Rand, el grupo de Merana se traslada al Palacio del Sol bajo la estricta vigilancia de las Sabias, quienes las consideran poco más que sus aprendizas. Merana intenta recuperar la confianza perdida del Dragón Renacido y acepta ser utilizada por él para demostrar ante los jefes de clan Aiel su dominio sobre las Aes Sedai, sirviéndoles el té en una importante reunión. Inesperadamente hace su aparición la legendaria Aes Sedai Cadsuane Melaidhrin, a la que muchos daban ya por muerta, y Merana se alarma considerablemente al verla, pues es buena conocedora de sus proezas y del trato que ha dado a decenas de hombres capaces de encauzar el Poder Único. Cadsuane observa con desagrado la escena y, tras la breve puja de voluntades que mantiene con Rand, se retira acompañada por Merana y Annoura Larisen, a las que interroga durante un largo tiempo acerca de los últimos sucesos ocurridos.

Desconocedor de la jerarquía interna por la que se rigen las Aes Sedai, Rand escoge a Merana para que le acompañe hasta el barco de los Atha'an Miere anclado en el río Algueña, junto a Alanna, Bera, Faeldrin y Rafela. El Dragón Renacido se encuentra allí con la Señora de las Olas Harine din Togara Dos Vientos y su Detectora de Vientos, Shalon din Togara Marea Matinal, con las que se reúne para negociar en compañía de Merana y de Rafela. Rand les comunica sus intenciones de acordar un pacto por el cual los Marinos se comprometan a abastecer con sus barcos los puertos de las Tierras Occidentales, en especial las ciudades con costas al Océano Aricio. No obstante, Rand se siente muy agobiado en el pequeño camarote y se marcha al poco tiempo, tras sentar las bases del acuerdo. El Dragón Renacido encarga a Merana y Rafela que continúen las negociaciones en su nombre, algo que hacen con total dedicación durante los días posteriores.

El Camino de Dagas[]

Cuando Rand regresa al Palacio del Sol tras su campaña contra los seanchan, Merana y Rafela acuden a comunicarle que han firmado un pacto con los Marinos. Los Atha'an Miere proveerán de barcos cargados de alimentos a las ciudades con necesidades, pero a cambio el Coramoor se compromete a mantener las leyes de los Marinos, a entregarles una milla cuadrada en todos los puertos, mantener a Harine a su lado como embajadora y encontrarse periódicamente con la Señora de los Barcos. Rand se enfurece al considerar que el pacto no ha sido lo suficientemente ventajoso, pero Merana es influenciada por su impulso de ta'veren y no se contiene al recriminarle que el trato hubiese sido mejor si no las hubiese dejado solas a ella y a Rafela. A regañadientes, Rand reconoce que la Gris tiene razón y la felicita por su labor.

El Corazón del Invierno[]

Desde Far Madding Alanna Viaja de regreso a Cairhien y comunica a Merana la nueva misión diplomática que le ha asignado el Dragón Renacido: negociar con los Grandes Señores tearianos rebeldes y asegurar su sumisión al noble al que ha nombrado su Administrador en esa nación, el Gran Señor Darlin Sisnera. Merana, Alanna, Bera, Faeldrin y Rafela se trasladan hasta Haddon Mirk y posteriormente a las inmediaciones de la ciudad de Tear y dan inicio a los acercamientos con los Grandes Señores contrarios a Rand.

Encrucijada en el crepúsculo[]

Los tearianos enfrentados al Dragón Renacido, encabezados por los Grandes Señores Tedosian y Estanda, se aproximan a la Ciudadela de Tear y comienzan un asedio. Los informadores de las Aes Sedai rebeldes comunican a Egwene al'Vere que Merana Ambrey ha sido divisada en el campamento de los Grandes Señores, sin dudas llevando el peso mayoritario de las negociaciones en nombre de Rand al'Thor y Darlin Sisnera.

Cuchillo de sueños[]

En la misma jornada en que Rand visita la Ciudadela de Tear su influencia ta'veren se deja sentir por el sorprendente acuerdo que consigue firmar Merana con Tedosian, Estanda, Hearne y Simaan y los demás nobles rebeldes. Los Grandes Señores aceptan reconocer a Darlin como Administrador e incluso como el primer rey de Tear y ser fieles a él, siempre que recuperen sus títulos y posesiones y que no sean obligados a someterse directamente ante Rand. Así mismo, acceden respetar y cumplir todas las nuevas leyes promulgadas por el Dragón Renacido y contribuir con su propio dinero a garantizar el abastecimiento de la ciudad durante un año entero.

Personalidad[]

El carácter de Merana se corresponde con el esperado en una Aes Sedai del Ajah Gris, al estar dotada de una gran serenidad, una mente veloz y analítica, y un talante pacificador, dialogante y flexible. Con justicia es reconocida como una experta diplomática que es consciente de que las alianzas y los acuerdos requieren de mucho tiempo y aún más paciencia para que lleguen a buen término. Es cierto que, desde que fue enviada a cargo de la embajada de Salidar a Caemlyn ha pasado por numerosos momentos en los que ha sido puesta a prueba, pero la Gris se ha sabido reponer de ellos y aceptar con resignación las nuevas circunstancias que la rodean. Según Min Farshaw, Merana es una de las Aes Sedai en las que más puede confiar Rand, ya que ha pronosticado que permanecerá fiel a él y a su palabra.

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