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El Palacio de la Panarch es la residencia de la Panarch, la corregente femenina de Tarabon. Está situado en la península de Verana, la más septentrional de Tanchico, a sólo unos metros del Anfiteatro de la Panarch. Pese al enorme tamaño de la capital tarabonesa, el Palacio de la Panarch se puede ver desde cualquier punto por estar estar en una de las colinas más altas de la ciudad y distinguirse con facilidad por sus elevados domos níveos decorados con chapiteles de oro, veletas y torreones de piedra que son auténticas obras maestras de la arquitectura por su hermosura y magnificencia. Sin lugar a dudas, el Palacio de la Panarch es el edificio más bello y fabuloso de Tanchico, aun por encima del Palacio Real, donde habita el rey de Tarabon.

En la parte trasera del palacio hay una plaza más pequeña que la principal, pero igualmente pavimentada con piedras anchas y lisas. Las dependencias de esta zona están pintadas con frisos de vivos colores y los techos están adornados con arabescos dorados. Brillantes alfombras cubren el suelo blanco y lámparas de oro queman aceites perfumados. El Palacio de la Panarch es tan grande que en su interior alberga varios patios con elaboradas fuentes que se pueden contemplar desde balcones cubiertos de filigranas. Los aposentos privados de la Panarch se encuentran en la segunda planta del palacio, donde pronunciados arcos dan con tanta frecuencia acceso a los amplios balcones antes descritos como a cámaras interiores. El dormitorio de la Panarch está flnqueado por unas gruesas puertas con árboles labrados y es seis veces más grande que la mejor habitación de la mejor posada y, por supuesto, mucho más lujosa y llena de comodidades.

Mas no sólo el tamaño, la belleza y la fastuosidad del Palacio de la Panarch lo convierten en la auténtica joya de Tanchico y de todo Tarabon, sino sobre todo su valor histórico. Según afirman los estudiosos, una parte del palacio fue construida durante la Era de Leyenda, lo que, de ser cierto, lo convertiría en el edificio en pie más antiguo de las Tierras Occidentales, aun por encima de la Ciudadela de Tear y la Torre Blanca. Es probable que esta afirmación sea verdadera, ya que el Palacio de la Panarch es célebre en el mundo entero por su valiosa colección de objetos del pasado más remoto, que está abierta al público tres días al mes y todos los festivos. La sala de exposiciones es una gigantesca estancia cuajada de finas columnas blancas, arcos, pasillos y escaleras. Los objetos se custodian en altas estanterías labradas en las paredes y separados del público por barras de madera oscura unidas entre sí por cuerdas de seda blanca.

Amathera

La Panarch Amathera

El museo del Palacio de la Panarch es la auténtica joya de Tarabon, y en él se custodian un sinfín de objetos antiquísimos, tales como:

  • Una llave de acceso al Choedan Kal femenino, rota.
  • Uno de los siete sellos de la prisión del Oscuro.
  • El Dogal de Dominio.
  • Una figurilla de mujer de piedra, que es un angreal.
  • Seis figuras de exquisito cuendillar, situadas en el mismo centro de la estancia en el interior de una vitrina de cristal y vigiladas por cuatro guardias cuando se permite el acceso al público.
  • Una estrella plateada de tres puntas dentro de un círculo de un material desconocido más ligero y suave que el metal.
  • Varios esqueletos de criaturas desconocidas, entre ellos uno completo de un animal enorme con un gran cuello, otro de un lagarto de más de diez pasos de largo y otro de un ser parecido a un oso con dientes del tamaño de un antebrazo.

Durante los disturbios de Tanchico en 999 NE, parte de la sala de exposiciones fue destruida mediante fuego compacto, después de que Jeaine Caide sorprendiese en el lugar a Nynaeve al'Meara y su ter'angreal se descontrolara. Se sabe que de la destrucción se salvaron al menos el Dogal de Dominio y el sello, pues fueron recogidos por Nynaeve, aunque el sello acabó rompiéndose en algún momento de su viaje a Salidar.

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