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El Sindhol es el nombre con que se conoce en la Antigua Lengua a la dimensión en la que habitan los alfinios y los elfinios, unas extrañas criaturas similares a hombres-serpiente y hombres-zorro que parecen nutrirse de las emociones, experiencias y recuerdos de los seres humanos. El Sindhol es un mundo muy diferente al mundo en que está ambientada la mayor parte de las novelas de La Rueda del Tiempo y sólo se puede acceder a él en condiciones seguras a través de dos ter'angreal con aspecto de portales rojos, descubiertos en la Ciudadela de Tear y en Rhuidean. Existe un tercer método de acceso por la Torre de Ghenjei, aunque las personas que entren en el Sindhol desde esa ruta se encontrarán con que los alfinios y los elfinios no se encuentran sujetos a un antiguo pacto y son libres de atacarles y retenerlos si así lo desean.

El mundo de los alfinios y los elfinios es muy extraño y no parece responder a las leyes de la física y de la lógica de la misma forma que en este mundo. Magnitudes como el peso o la tensión en las construcciones no parecen ser de importancia, ya que en el Sindhol se yerguen estructuras de proporciones imposibles. Esta dimensión parece estar plegada de alguna forma insólita en el tiempo y en el espacio, lo que permite a los alfinios y los elfinios percibir muchas cosas en el Entramado y conocer el pasado, presente y futuro de las personas que se atreven a entrar en sus dominios.

Teniendo en cuenta la influencia que los alfinios y los elfinios han aportado a elementos del folklore de las Tierras Occidentales como el juego de serpientes y zorros, es posible que el Sindhol tenga una estructura reticular semejante al tablero de juego. Si esto fuera cierto, los alfinios y elfinios vivirían en un único mundo pero a un mismo tiempo en lugares separados, con los alfinios ocupando las zonas de curvas y espirales y los elfinios habitando en las zonas angulares.

Mundo de los alfinios[]

Se puede llegar a la zona de los alfinios por el portal de color rojo situado en la Gran Reserva de la Ciudadela de Tear. Al hacerlo, el viajero se encuentra en una habitación de planta circular con las paredes decoradas en algunos lugares con lo que parecen ser inscripciones de bronce que se extienden hacia arriba hasta perderse en las sombras. Soportando la estancia hay varias columnas espirales de color amarillo que no son obra de la mano humana y que giran en torno a sí mismas como plantas trepadoras. La única iluminación presente es la que facilitan unas esferas brillantes hechas de algún metal blanquecino con una tonalidad demasiado mortecina para ser plata. Abandonando esta sala, el viajero se encontrará con una sucesión de pasillos y otras habitaciones interconectados entre sí sin ningún patrón aparente y a menudo sin responder a la lógica. Los marcos de las entradas son redondeados y las ventanas que se encuentran en los pasadizos son siempre círculos perfectos que se encuentran sólo a un lado. Las paredes de los pasillos son curvas y están decoradas exclusivamente con espirales y líneas sinuosas de color amarillo.

Finios

Elfinio y alfinio

Si el visitante trata de averiguar la ubicación exacta del lugar donde se encuentra mirando por las ventanas, a menudo contemplará extrañas plantas que son una prueba más de que no está en su propio mundo. El paisaje está compuesto de árboles semejantes a sombrillas o a abanicos, siempre alumbrados por una tenue luz de fuente desconocida y en un cielo sin nubes. Incluso dando giros y vueltas a lo largo de los pasillos, las ventanas darán siempre a estos bosques y, de vez en cuando, a tres torres altas y ahusadas que se curvan hacia un mismo punto. Estas tres torres no parecen estar conectadas entre sí ni con los pasillos desde los cuales se pueden apreciar, pero las leyes del espacio y del tiempo no son las mismas en este mundo y se sabe que se puede llegar a ellas siguiendo una secuencia de pasillos y habitaciones, si se escoge la combinación correcta de corredores.

Mundo de los elfinios[]

En claro contraste con los dominios de los alfinios, los de los elfinios están hechos completamente de líneas rectas. Al entrar a través del portal de Rhuidean, el viajero se encuentra en el centro de una gran sala con forma de estrella de cinco puntas y suelo blanco de apariencia cristalina pero firme. No se llega a ver el techo, perdido en la oscuridad, mas sí se distinguen numerosas columnas de color negro brillante, cada una de ellas profusamente labrada con ocho picos amarillos. En cada uno de los cinco vértices de la habitación hay un marco, también de cinco puntas, que conduce a diferentes pasillos. Tanto los corredores como las salas que comunican poseen formas estrelladas y picudas, sin una sola línea curva, y se comunican entre sí formando una intrincada red que no responde en absoluto a las leyes de la física que rigen el mundo de los seres humanos. De esta forma, puede ocurrir que un visitante salga de una habitación por el mismo lugar que ha entrado y llegar a una habitación totalmente diferente a la de origen.

El lugar donde los elfinios conceden tres peticiones a aquéllos que han acudido a verlos se denomina la Cámara de los Acuerdos y también tiene forma estrellada, aunque en este caso es una estrella de ocho puntas. Las personas que accedan a ella se encontrarán con un lugar algo más pequeño que las salas por las que habrá tenido que pasar anteriormente y, si se gira, descubrirá que la puerta pentagonal por la que ha entrado ha desaparecido a sus espaldas. En la Cámara de los Acuerdos no hay columnas, pero las aristas de las paredes siguen estando decoradas con líneas amarillas, como en el resto de lugares pertenecientes a los elfinios. En cada uno de los vértices de la habitación se yergue un pedestal negro, sobre el que se sientan los ocho elfinios que conceden deseos y exigen un precio a cambio de ellos.

Trivia[]

  • Según las averiguaciones realizadas por Terez, una de las seguidoras más activas y de mayor influencia de las novelas de La Rueda del Tiempo, el Sindhol significa en la Antigua Lengua "Neverland" (el País de Nunca Jamás). Es probable que esta información la haya obtenido de los apuntes y bocetos legados por Robert Jordan a la Biblioteca de Charleston.
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