La Rueda del Tiempo Wiki
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Weiramon Saniago
Weiramon
Información cronológica
Primera aparición CEL 41
Última aparición TDM 13
Última mención URDL 4
Información biográfica
Nombre completo Weiramon Saniago
Nacionalidad Tear
Muerte 1000 NE (?)
Información política
Título Lord
Rango Gran Señor de Tear
Amigo Siniestro
Afiliación La Sombra
Grandes Señores de Tear
Dragón Renacido (IV - XIII)
Descripción física
Género Hombre
Complexión Medio
Estatura Media
Pelo Grisáceo y escaso

El Gran Señor Weiramon de la Casa Saniago es uno de los más importantes Grandes Señores de Tear, miembros de la alta nobleza que gobierna la nación de Tear desde su misma fundación. Su estandarte está compuesto de una luna creciente y de varias estrellas; podría considerarse un duplicado al emblema personal de Lanfear si tuviera algunas estrellas más.

Apariencia[]

Weiramon es un hombre de edad madura, con una barba puntiaguda que lleva a la usanza de la nobleza teariana, dejándosela en punta y aceitada. No es bajo para ser teariano, aunque Rand al'Thor le saca una cabeza entera. Tiene el pelo grisáceo y escaso, peinado de una forma un tanto ridícula para intentar ocultar su calvicie. El Gran Señor Weiramon tiene una nariz larga y pronunciada, y su complexión es normal, aunque al lado del delgado Gran Señor Tolmeran casi parece musculoso. Anda muy recto y orgulloso, y hay algo en su porte que le hace parecer un gallo.

Sinopsis[]

Cielo en llamas[]

Curiosamente, Weiramon no es mencionado entre los Grandes Señores de Tear que se encuentran en la Ciudadela de Tear cuando Rand al'Thor la conquista, de modo que las primeras noticias que se tienen de él son ya en Cairhien, como uno de los nobles que acuden allí por orden del Dragón Renacido para restablecer el orden en el reino, a la sazón sumido en una guerra civil y siendo invadido por los Shaido. Pese a ser uno de los tearianos que aparentemente son más fieles a Rand, los enormes prejuicios del Gran Señor Weiramon, así como la pagada opinión que tiene de sí mismo, lo hacen prácticamente incapaz de asumir una posición de importancia, y menos en lo que se refiere a tratos con extranjeros. Nada más tener noticia de la llegada de Rand y de los Aiel, Weiramon insiste en cargar sin más contra los Shaido, pero el Dragón Renacido se resiste a hacerle caso y no tarda en enviarle de vuelta a Tear para icuparse de bandidos y piratas, y tenerle entretenido sin que cause mayores alborotos.

El Señor del Caos[]

Siguiendo las órdenes de Rand, el Gran Señor Weiramon pasa a ocuparse de las fuerzas que el Dragón Renacido está reuniendo en los Llanos de Maredo como una clara advertencia a su siguiente objetivo: Illian, por entonces controlada por Sammael. Con él se encuentran otros importantes nobles, incluyendo los Grandes Señores Sunamon, Tolmeran y Torean, así como los cairhieninos Lord Meneril y Lord Semaradrid, así como los jefes de clan Aiel Bruan, Dhearic, Erim, Han y Jheran.

La Corona de Espadas[]

A fin de no despertar sospechas, Rand elige a los Asha'man Jonan Adley y Eben Hopwil para que actúen de mensajeros suyos ante el Gran Señor Weiramon y Lord Semaradrid, y les ordena que hagan marchar sus fuerzas hacia Illian, para dar inicio al combate con Sammael. Weiramon fuerza en exceso a sus tropas, fatigando con el ritmo de la marcha a la infantería y dejándola atrás mientras carga a solas con la caballería, un peligroso movimiento que a punto está de arruinar los planes del Dragón Renacido.

El Camino de Dagas[]

Pese a la temeridad de Weiramon, las fuerzas de Rand se alzan con la victoria en todos los frentes e Illian pasa a ser uno más de los reinos que tiene bajo su control. Esto no impide que los seguidores del Dragón Renacido necesiten algunas semanas más para asegurarse el control del reino, ya que permanecen en activo ciertos contingentes que se resisten a él y se mantienen leales a Lord Brend, desconociendo que tras este alias se encontraba uno de los Renegados. Weiramon opina que Rand debería barrer del mapa a los rebeldes illianos y que debería asignar esa tarea a los illianos que ya se han sometido a él como prueba de lealtad, mas Rand adopta una postura más paciente y conciliadora y, no mucho después, consigue su rendición sin más derramamientos de sangre que los estrictamente necesarios.

Icono Tear.svg

Sin abandonar Illian, el siguiente objetivo de Rand son los seanchan, que continúan imparables en su conquista de las Tierras Occidentales. Weiramon está orgulloso de que un nutrido contingente teariano esté protegiendo al Dragón Renacido y no duda en insinuar a Rand que los cairhieninos e illianos están conspirando contra él. Mas a estas alturas el Dragón Renacido conoce de sobra al Gran Señor teariano y hace caso omiso de él, ordenándole que responda ante Davram Bashere como máximo líder de sus tropas, algo que despierta incesantes quejas de Weiramon. En el primer choque con los seanchan en la frontera de Illian con Altara, el Gran Señor Weiramon lidera una carga con éxito, y tras ella aparece limpio y arreglado ante Rand para preguntarle por qué no hace uso de las sul'dam que ha capturado. En un enfrentamiento posterior el noble teariano abandona su puesto y sus responsabilidades para perseguir a un grupo de seanchan, lo que permite que sus enemigos estén a punto de llegar hasta el propio Rand. Al finalizar el combate, Weiramon le resta importancia al incidente, y tanto él como Charl Gedwyn opinan que deberían mantener el empuje hasta la misma capital de altaranesa, Ebou Dar.

El cairhienino Bertome Saighan descubre a Weiramon hablando con Gedwyn de una forma sospechosa y deteniéndose de inmediato al darse cuenta de que no estaban solos. Pese a los intentos de Weiramon de proseguir la campaña contra los seanchan, finalmente Rand ordena el regreso y envía a Weiramon y los demás nobles en los que aún no confía plenamente de vuelta al Palacio del Sol, donde serán servidos exclusivamente por sirvientes files a él y a Lord Dobraine Taborwin. Al poco de esto, Rand sufre un atentado a manos de unos Asha'man traidores, entre los que se encuentra Charl Gedwyn.

Encrucijada en el crepúsculo[]

Con Rand ausente desde hace mucho tiempo y sin tener noticias fidedignas de él, Weiramon y los otros nobles instalados en el Palacio del Sol permanecen allí inactivos y a la expectativa. En una ocasión se ve paseando por los amplios corredores del palacio al Gran Señor Weiramon junto a Bertome Saighan.

Cuchillo de sueños[]

De nuevo desobedeciendo las órdenes de Rand, el Gran Señor Weiramon viaja de regreso a Tear y se encuentra en la Ciudadela cuando el Dragón Renacido llega para hablar con su Administrador en aquella nación, el Gran Señor Darlin Sisnera. Rand se enfurece al verlo allí, y más aún al oírle decir que desea encabezar un pequeño contingente con el que destruir a los nobles rebeldes que están asediando la capital, pese a que sean sus compatriotas. Darlin declina tal posibilidad, y tanto él como Rand acuerdan que Weiramon y Anaiyella se trasladen con ellos a Arad Doman y contribuyan a restablecer el orden allí.

La tormenta[]

Ya coronado rey de Tear, Darlin da la bienvenida y agasaja a Rand después de que éste retorne a la Ciudadela, de vuelta desde Arad Doman. Con Darlin se encuentran otros Grandes Señores, incluyendo a Anaiyella, Estanda, Hearne, Simaan, Tedosian, Torean y Weiramon.

Torres de Medianoche[]

Icono Cuervos.svg

Después de haber vivido su redención personal en la cima del Monte del Dragón, Rand regresa a la Ciudadela de Tear con la habilidad de poder identificar a los Amigos Siniestros mirándoles a los ojos. El Dragón Renacido hace llamar a su presencia a los Grandes Señores de Tear y, tras observarles, confirma que tanto Weiramon como Anaiytella son servidores del Oscuro. Pese a ello, Rand les perdona la vida y les ordenan que se marchen de inmediato y comuniquen a los que pertenecen a su misma calaña que se acabaron los engaños y los ardides con él. Los dos nobles huyen despavoridos y nunca más vuelven a ser vistos. Más adelante Moridin menciona a Weiramon burlándose de él, por lo que es probable que el teariano llegase a hablar con el Nae'blis, después de lo cual lo más seguro es que haya muerto en castigo por su fracaso.

Personalidad[]

Mucho antes de descubrir sus verdaderas filiaciones, Rand cree que Weiramon es lo suficiemente valiente como para combatir con arrojo en el campo de batalla, pero que también es un necio que no puede pensar en más que en la gloria propia, despreciando a todo cuerpo militar que no sea la caballería teariana. Como muchos otros Grandes Señores de Tear, Weiramon odia a los illianos, menosprecia a cairhieninos y cree que los Aiel son simples salvajes. Curiosamente, esto no impide que la conciencia de Lews Therin Telamon que vive en el interior de Rand sintiera por entonces cierta simpatía hacia Weiramon e incluso pensara que era leal y honesto con él, pese a lo errado de sus decisiones.

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